Situado en pleno Casco Histórico de Cuenca. Casa restaurada respetando el patrimonio histórico. Con balcones privilegiados donde se puede disfrutar de unas espectaculares vistas de la Hoz del Huecar y a la Torre de Mangana.

Esta casa, Casa Morada o Casa del Orfebre, fue construida en el siglo XVI en la que era arteria principal de la ciudad, la calle Alfonso VIII, lugar de encuentro de negociantes y nobles de la ciudad y de paseo de señoritas y galanes. Rodeada de museos, casas señoriales, a un paso de la Plaza Mayor y de la Catedral, en este barrio entre Santa Cruz y San Gil vivían la mayor parte de los plateros de la ciudad. La casa mantiene la estructura original y sus habitaciones, ”estancias”, con suelos hidráulicos y de madera, están dotadas de las comodidades actuales.

Antes de llamarse Calle Alfonso VIII, se le llamó Calle de Correduría, ya que era aquí donde se situaban todos los comercios de la ciudad. La Calle Alfonso VIII de Cuenca alberga uno de los mayores símbolos de la ciudad. Algo que se ha convertido en uno de sus mayores abanderados internacionales: las casas de colores. ¡Podrás ver casas de casi todos los colores!, todas ellas completamente pegadas entre si y cuya singularidad reside en su estrechez. Todos los edificios tienen la singularidad de tener un marco blanco en puertas y ventanas. A este marco blanco se le denomina «blincada», y consiste en una antigua medida de seguridad. La línea de edificios que está más cercana a la Hoz del Huécar tienen la peculiaridad de tener dos entradas, una que da a la misma Calle Alfonso VIII y otra al barrio de San Martín. Estos edificios conforman los famosos Rascacielos de Santa Catalina. ¡Algunos de ellos tienen hasta 9 pisos de altura! Desde la misma calle Alfonso VIII podrás ver como asoma imponente la Torre de Mangana.